Si Izaskun fuera una persona tan real como tú y yo, hoy cumpliría 37 años. Es en estos momentos cuando tomas conciencia de la fugacidad del tiempo, de lo rápido que pasa y de cuánto lo desaprovechamos a veces, incluso sin darnos cuenta. Parece que fue ayer cuando empecé el capítulo 2 de Carnaval y ha pasado la friolera de 17 años. En este tiempo he hecho mucho, he cumplido algún que otro sueño y las perspectivas de futuro son realmente buenas. Aprovecho para recordaros que el día 1 de julio Carnaval estará en Amazon. Listo para todos los lectores que quieran descargarlo y leerlo. Y a un precio irresistible. Ahora me están diseñando la portada y en unos días podré verla. Imaginaos mi emoción. Es gracias a todos los lectores de Wattpad que esto ha sido posible. Espero también atraer a más lectores, aunque no me quejo de los que tengo; hasta hoy no he recibido ni un comentario negativo, casi podría deciros que lo echo de menos. Pero no. No lo echo de menos. Al menos mi ego está muy satisfecho, jejeje, con la calurosa acogida que la novela ha tenido en casi un año que lleva de vida en este portal. Gracias es una palabra que se me queda corta, excesivamente pequeña para tanto como tengo que agradecer. Os quiero mucho y espero poder seguir escribiendo historias para vosotros hasta que el cuerpo aguante. Besos.
Navarra. 1996
En una improvisada cama hecha con
cazadoras, camisetas y pantalones, sobre montones de balas de heno tiradas allí
descuidadamente, en los viejos establos, ellos se amaban sin inhibición alguna;
se entregaban a la pasión del momento, de ese instante fugaz que está, pasa y
se desvanece, y ni tan sólo queda en el recuerdo de sus protagonistas. Para
ellos es sólo un polvo, una forma de comunicarse, de pasar el rato. Un rato
divertido.
Y sin embargo, no es todo; para ella,
esto es mucho más que un juego. Tuvo un principio y ha de tener un final feliz.
Pero no puede hablar de ello, no con él; no lo entendería.
La pasión de los cuerpos es menos
comprometedora que todas y cualquier palabra que puedan decir, cualquiera que
pueda escapar de esos labios que permanecen sellados como si ese fuese su
destino o su condena.
Izaskun se apartó de él, sus labios se
apartaron de los suyos con impaciencia. Comenzó a hablar: un intento de
conversación entre dos personas que ya no tienen, según Raúl, nada que decirse
fuera de la cama…
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